martes, 12 de enero de 2016

¿Qué es aprender?

¿Aprobar es aprender? Esto no es siempre cierto. Muchos estudiantes son capaces de memorizar todo el día previo al examen y a los dos días olvidarlo. Hay muchas maneras de aprender: relacionando conceptos y comprendiéndolos, descubriendo, experimentando... No te sirve de nada saber en qué año empezó la primera guerra mundial si no entiendes las causas y las consecuencias de la misma. Si hacemos un estudio progresivo lograremos entenderlo e interiorizarlo y aprender de ello. Napoleón dijo una vez que "aquel que no conoce la historia, está condenado a repetirla".

Con una idea previa analizada en el colegio donde se ven nuestras primeras habilidades y conocimientos, entramos en el instituto. La educación secundaria la considero un periodo de aprendizaje decisivo y muy importante. Aprendemos cosas más complejas y de varios itinerarios con las que decidimos qué queremos estudiar y quienes queremos ser. De nada nos sirve que nos enseñen la fórmula de una ecuación de 2º grado si no lo llevas a la práctica, si no te equivocas y aprendes de los despistes; de esta manera, perfeccionando, también aprendemos. Hay muchas técnicas de estudio: memorizando, comprendiendo, relacionando, entrenando, preguntando y consultando dudas, etc... Cada uno dependiendo de sus capacidades elegirá un método. ¿Quién no ha escuchado el tópico de "las matemáticas no se estudian"? Aprendes inglés hablándolo, a operar haciendo problemas, a comentar un texto practicando... También aprendes enseñando y compartiendo información.

Pero, ¿todo se aprende en la escuela, instituto o universidad? Está claro que la mayoría de nuestros conocimientos los aprendemos en ese periodo pero aprendimos modales, valores o cosas tan simples como lavarse los dientes. Hay muchas cosas que aprendemos en el día a día, a base de nuestra propia experiencia. Por ejemplo, aprendemos por nuestra cuenta cuales son nuestros gustos musicales, sexuales o gastronómicos experimentando y equivocándonos. Equivocarse también es aprender.

Es cierto que la cultura del país donde vivimos o las costumbres familiares tienden a ser muy decisivas en nuestro aprendizaje. Si desde pequeña ves que en tu casa es tu madre quien limpia, quien cocina, plancha, etc... cuando crezcas tú tenderás a hacer lo mismo y aprendes esa conducta como algo normal. Y en el caso de los padres que creen que por trabajar son excluidos de las labores del hogar, sus hijos varones también tenderán a imitar su cómoda conducta. Los gitanos, musulmanes, asiáticos y todas las culturas del mundo aprenden conceptos de manera diferente. Por ejemplo, vestir de blanco no significa lo mismo o la imagen de la mujer también varía. No obstante, viajar y conocer las culturas es otra manera de aprender. 

En conclusión, aprender es recordar los conocimientos adquiridos mediante la práctica, la memoria o la compresión de información. Esta información puede verse por factores como la cultura de manera directa o por la familia de una manera más indirecta. No dejamos de aprender desde que nacemos hasta que morimos, para bien o para mal. Por ello, considero importante la iniciativa de querer aprender como modo de progreso y crecimiento personal e intelectual; porque si alguien no hubiera tenido la iniciativa de aprender a crear un software ¿como podríamos compartir tanta información? 


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